Estoy en el peor trance que he de vivir, no sé ni cómo ni cuándo me volví así. Suelo estar
siempre encerrada en mi habitación es desolada fría y en ocasiones me causa
terror;
Llevo en mi interior
sentimientos que he guardado al paso del
tiempo y me hacen daño, nunca digo lo que pienso y actuó sin remordimiento,
En ocasiones me
pregunto donde quedo aquella niña a la que hoy, les diré no muy bien recuerdo,
es que la vida la ha golpeado como torrente que se ha vuelto fría, ya no siente
dolor ni alegría.
Cuando alguien la
quiere de verdad, ella se aleja simplemente no quiere creer su realidad, esa
chica tiene miedo a sentir a vivir, porque su monotonía es sufrir, tanto que a
veces creo que no tiene corazón.
Pero créanme que muy
en el fondo, ella siente; no de la nada llora, esa chica está sufriendo ahora y
no sabe cómo salir de esa depresión que se ha estancando ahí, esa maldita
soledad que la ha orillado a tener esos pensamientos de ya no existir.
Tanto que ya perdido
la cuenta de las veces que ha intentado ya no vivir, solo le han quedado
cicatrices que suelen estar a flor de piel, no sabe cuál es el motivo de estar
todavía aquí, a veces pienso que sufre demasiado, que le da tanta importancia a
todo, cuando solo puede dejar que las cosas se den.
Ella todavía no
entiende, se encuentra encerrada en un mundo desolado, oscuro; en el cual no
deja que nadie entre y él que lo hace siempre salí herido o más bien se harta
de la situación y se marcha.
Esa chica se duerme
todas las noches pidiendo ya nunca despertar, sonríe al mundo entero cuando en
realidad se desgarra por dentro, ha aprendido muy bien aparentar tanto que
consideran que su vida es casi perfecta.
Ella es una misma
persona con dos vidas, con dos caras, no es fácil vivir así, no es correcto
mentir, creo que quedarse sola es el fin.